Creemos que el feminismo debe fundarse en la libertad y derechos del individuo, persiguiendo así el goce real de los mismos por parte de ambos sexos. Reconocemos que los primeros vestigios de dicho movimiento se remontan a la época de la Ilustración (siglo XVIII), período de progreso y difusión del conocimiento científico y racionalidad de las ideas liberales (libertad individual, democracia, justicia e igualdad ante la ley, entre otras), entendiendo que el reclamo de los ilustrados debía ser para la población toda.

 

Desde nuestra óptica liberal el libre mercado ha sido por excelencia uno de los principales aliados para el progreso del movimiento, logrando la independencia económica y por tanto la libertad de acción de las mujeres.

 

Defendemos la aplicación de la justicia sin privilegios y la igualdad ante la ley. 

 

Entendemos que la equidad debe nacer de la sociedad en sí misma y no ser impuesta. Para ello, creemos fundamental esparcir los ideales de la libertad con el fin de alcanzar un desarrollo individual óptimo donde exista un mejor aprovechamiento de las facultades de cada individuo.